Termina el año 2004, cosas de la vida,
lleno de alegrías por todas las salidas extraordinarias
que hemos vivido, quizás en compensación por la Semana
Santa pasada, donde el agua, un año más hizo sus
pinitos. Ha sido el año del “11-M”, el año de las
guerras, del terrorismo, de los maremotos, en fin, un
año, con muchas razones para olvidar. Pero si algo
recordaré y nunca olvidaré de este año de 2004 que se
nos ha ido ya, gracias a Dios, será aquel día de
primeros de junio, donde el gran cofrade y mejor persona
Manuel Ramírez, me llamaba muy, muy temprano, para darme
una noticia, que me dejó sin voz durante muchas horas.
Manuel, gran fotógrafo cofradiero, para los que no lo
conocen, es una persona alegre y que transmite siempre
un optimismo fuera de lo normal, pero aquel día su voz
no era la de siempre: “Pepelu, Agustín Hepburn ha
fallecido”. Que de recuerdos, y es que como Agustín
siempre me decía, cada vez que nos veíamos “Pepelu que
nos gusta esto”.
Fue una mañana donde rompí a llorar en muchas ocasiones
tanto por dentro como por fuera. Fueron unos días, donde
todos nos unimos para compartir el dolor de la
desaparición de un gran cofrade, de los que ya quedan
pocos, un verdadero luchador de la vida, y preocupado
siempre por las cofradías.
Por eso este año, al menos para mí, no ha sido tan
espléndido, a pesar de los numerosos e importantes
acontecimientos cofrades sucedidos, pues desde junio nos
ha faltado el querido Agustín con su cámara en ristre.
Aunque bien es cierto, pues me consta, que el gran
Hepburn, desde el cielo habrá seguido sin duda todo lo
que ha pasado este año con gran entusiasmo.
Muchos fueron los compañeros que le dedicaron artículos
al gran cofrade, todos ellos reflejados en un gran
especial en Arte Sacro, diseñado por mi compañero
Francisco Santiago. Yo personalmente me quedo con las
palabras tan acertadas que el día de la terrible
noticia, nos dejó Carlos Herrera en su programa,
resumiendo muchas de las cuestiones por las que
posiblemente se había producido el fallecimiento del
gran Agustín.
Como Un Mulo. Carlos Herrera
Quiero contarles la historia de un
hombre que ha fallecido en Sevilla. Bueno es uno de esos
hombres de la comunicación del que no se hablará mañana
en los periódicos de toda España, a pesar de lo abrupto
de su muerte.
De nombre Agustín Hepburn, un
hombre joven, era un hombre muy popular en Sevilla
porque en los canales de televisión local pues lo hacia
todo y era un hombre que estaba muy implicado en la
Semana Santa.
Retransmitía todas las cofradías,
era el único capaz de retransmitir una cofradía y
conocer nombre y dos apellidos de todos los nazarenos
sin verles la cara. Y saber quien era el Consiliario 1º
de una hermandad pequeña de barrio, que eso tiene un
merito tremendo. Daba pregones, iba y venia y trabajaba
como un mulo, fíjense bien lo que digo, como un mulo.
Este hombre se ha quitado la vida y permítanme evitarles
los detalles de cómo se ha quitado la vida, porque no es
agradable.
Este hombre estaba contratado en
una televisión local a tiempo parcial, a tiempo parcial
eh. Con lo que quiero decir que la pensión que le va a
quedar va a ser nada. ¿Y sabe usted que ganaba por estar
todo el día en esa televisión metiendo la voz, reuniendo
la imagen, cubriendo los reportajes con su cámara? Le
daban sesenta mil pesetas al mes eh, y quizás estoy
exagerando porque otras voces dicen que eran cincuenta
mil, bueno dejémoslo en sesenta mil.
Una historia particular complicada,
una mujer enferma, una depresión y una persona muy
popular en Sevilla, muy querida por la gente que le
conocíamos, se ha quitado la vida. Para que vean ustedes
que en esta profesión pues no todo son magníficos
programas de radio en el que estamos todos y ganamos
dinero y trabajamos mucho y tenemos repercusión y éxito.
Y no todos los sindicalistas son sindicalistas
estrellas, liberados en la empresa pública que se
dedican a hacer grandes declaraciones y a analizar
programaciones. Haber si se dedican también de
preocuparse del que gana sesenta mil pesetas, sesenta
mil pesetas en una cadena de televisión local por hacer
toda la programación de esa cadena, que gana dinero, se
lo puedo asegurar, eh. No se trata de que todos sean
hermanitas de los pobres.
En memoria de Agustín Hepburn hoy
le voy a dedicar este programa con todo corazón.’
Extraído del programa Herrera en la Onda, de Onda Cero
emitido el 4 de junio.
QUERIDO AGUSTÍN.
José Cretario. ABC.
Finalizado el año, no
puedo más que dar las gracias y expresar la emoción que
me ha llegado al leer un artículo que José Cretario
escribió el pasado día 26 en su sección de ABC y que yo
les recomiendo que no pasen sin leerlo. Merece muy mucho
la pena. Gracias José Cretario. A continuación pueden
leer la sección en ABC de José Cretario, publicada el
día 26 de diciembre:
QUERIDO AGUSTÍN
Estás bien ¿no? Cómo
para no estarlo. Por aquí más o menos como siempre. Lo
tuyo va marchando. ¿Qué tal se ven las cosas desde
arriba? Vaya año ¿verdad?. Ha sido para que tu pequeña
cámara hubiera gastado los cabezales de tanto grabar.
Anda que no. Lo de noviembre ha sido tremendo: un palio
cada domingo. Y qué palios. Dice Sánchez Dubé, no se
donde lo he leído, que todavía son pocos para el
testimonio que hay que dar en la calle. Podíamos estar
hasta de acuerdo, pero bueno, todo tiene una medida ¿no?
Y esa medida es la que por aquí nos tiene divididos casi
mitad por mitad. Y eso precisamente, la mitad de lo
normal de gente es lo que se ha visto a veces viendo
algunos de estos pasos. Eso es un signo, no te quepa
duda.
A lo mejor te ríes de lo que te cuento ahora que vives
en un lugar sin reloj ni tiempo, pero eso de los relojes
y de los tiempos es la asignatura que se queda pendiente
de este año para el futuro. Estar en la calle hasta las
tres o las cuatro de la madrugada se ha convertido en
una temeridad. Por lo que hay y por lo que no hay, sí
eso, la soledad de algunas entradas. Y a ver como se
arregla, corriendo o reajustando los horarios, no hay
más opción. Oye, tú sabías antes lo que iba a ocurrir en
el Gran Poder, en El Silencio y en otros sitios donde
las urnas nos han dejado con la boca abierta ¿no? Dime
que no es como para reflexionar. Y otra cosa ¿cómo ves
lo de la Resurrección? Bien ¿verdad? Hay una cosa que es
la dignidad de la estación de penitencia que está por
encima de otras historias. ¿No hay parroquias que
celebran la Pascua a las cuatro de la tarde? Pues eso
hombre.
En fin, te dejo, no te entretengo más, ayuda a tu niña
que el pregón le tiene que salir fantástico. Y cuando le
veas dale recuerdo a José María, sí a O´kean, y a Don
Antonio, y a Isorna y a Ramitos -vaya el jardín que
tiene ahora- y a tanta gente que este año ha cogido,
como tú, una papeleta de sitio en ese tramo de donde no
hace falta mirar hacia atrás para ver Su rostro. Aquí se
te recuerda. A ti y a todos. En este último cirio del
año, feliz Navidad, Feliz eternidad Agustín.